lunes, 8 de junio de 2009

Día Mundial de los Océanos

Este año, la ONU llama la atención sobre las conexiones entre océano, clima y futuro del planeta. Hasta ahora, los mares funcionaron como amortiguadores de los impactos, moderadores del clima y despensa de la humanidad. Pero con el calentamiento global, este papel está cambiando, haciéndose necesarias medidas urgentes. Y como en otras ocasiones, las administraciones piensan en medidas a corto plazo o peor, persisten en los errores. Galicia, con uno de los mares más fecundos del planeta, sigue a la cola en protección de los ecosistemas marinos.

En esta fecha, es necesario lanzar un mensaje de alarma pero también de responsabilidad a la sociedad sobre el estado de nuestro mar. De alarma porque los ecosistemas marinos están seriamente amenazados por la irresponsabilidad y la codicia de quienes sólo ven en ellos una fuente ilimitada de recursos para explotar o una cañeria en la que verter todo tipo de desperdicios, sin reparar en las consecuencias.

El 75% de las especies útiles al ser humano están sobreexplotadas o siendo explotadas al límite de su capacidad. La pesca artesanal, tradicionalmente sostenible y respetuosa con los recursos del mar, languidece, mientras se imponen políticas pesqueras orientadas a la gran industria extractiva que especula con el derecho a la alimentación de los pueblos. Y a estos, sólo se les permite escoger entre el desmantelamiento de las estructuras pesqueras tradicionales y la acuicultura productivista.

La pérdida de diversidad y productividad de los ecosistemas marinos por la vertidos urbanos e industriales (sin que estos últimos se recojan in situ para su posterior reciclaje y reutilización), la degradación del litoral por el urbanismo salvaje, las prácticas pesqueras insostenibles y el cambio climático, están colocando al borde del colapso ecológico (y por ello económico) a las rías, fuente de recursos para una gran parte de la población gallega.

El urbanismo secuestra cada vez más territorio en el litoral, enterrando con hormigón no sólo el espacio físico del paisaje costero, sino también el espacio cultural que hace parte de nuestra identidad como pueblo. En muchos trechos de la costa se interrumpió la comunicación natural tierra-mar modificando la dinámica litoral, con el consecuente gasto de dinero público en aportes de arena y dragados.

Las macropiscifatorías del Plano Acuícola, que podrían se compatibles en los lugares y número apropiado -con los debidos informes medioambientales-, pretenden ocupar los mejore espacios de la costa para fabricar pescados y verter contaminación orgánica, química, antibióticos… directamente en el corazón de nuestro mar más limpio y bravo.

Se deben proteger las áreas marinas protegidas, que servirán como refugio y siembra de la biodiversidad marina para mantener una actividad extractiva sostenible y garantizar el futuro de las comunidades que viven del mar. El tesoro de nuestras rías deberá también preservarse proponiéndolas como Reservas de la Biosfera.

Reclamamos la elaboración urgente de un Plan Estratégico contra la Contaminación Marina con objetivos concretos, temporalizados y debidamente presupuestados que vise la eliminación de los focos de contaminación puntual y difusa en el litoral así como la minimización del riesgo por vertidos accidentales y mareas negras. Para esto es necesario garantizar la responsabilidad ilimitada para las actividades industriales que causen daños al medio marino. Exigimos de la administración que inste al cumplimiento inmediato de la sentencia del Supremo que ordena la retirada de los depósitos del Ferrazo y que retire los recursos a las sentencias del TSXG sobre REGANOSA.

Pedimos también coherencia a la administración gallega en el tema urbanístico, hasta la aprobación un Plan de Ordenación del Litoral redactado con criterios de sostenibilidad y que se programe y construya los laboratorios de área para el acopio, reciclaje y reutilización de los subproductos líquidos industriales.

Hay aún motivos para la esperanza. Nuestros mares aún tienen capacidad de regeneración y darles una oportunidad está en nuestras manos. El mar es el origen de la vida en la tierra y su continuidad, nuestra continuidad, depende en gran medida de que sepamos actuar responsablemente y con respeto para con él, garantizando un aprovechamiento sostenible de sus recursos.