jueves, 17 de julio de 2008

Contaminación: Morte de peixes no Eume


A morte de peixes no Eume, responsabilizando da acidez ás obras da autovía Ferrol-Vilalba, non convencen a distintos grupos ecoloxístas nin aos colectivos de pescadores. Certo que as augas ácidas da autovía chegan ao Eume através do Chamoselo, pero a mortandade de peixes prodúxose 34 kilómetros río abaixo. Quizás axa que considerar o outro pico de acidez no Eume á saída do encoro da Capela, a só 10 kilómetros do couto de Ombre, lugar do desastre. Este foco podería ter orixe na presunta limpeza dos fondos do encoro que explota Endesa. Os grupos ecoloxístas e os colectivos de pescadores queren saber se Augas de Galiza autorizou a Endesa operacións de valeirado de lamas no encoro e pídenlle que non descarte a posíbel relación coa acidez do Eume e que investigue as práticas de Endesa na presa da Capela.

Recentes medicións no río confirman que na zona do desastre o pH pasa de 7,0 -relativamente normal- a 5,1 -100 veces máis ácido- nun treito de apenas 5km, e que este "choque ácido" é o responsábel da morte dos peixes. Porén, as causas da acidez habería que buscalas río arriba e é precisamente á saída do encoro da Capela onde se rexistran valores de pH máis ácidos. No hay que descartar esta posibilidade e atribuíu ás obras da autovía Ferrol-Vilalba, máis de 30 km augas arriba, a fonte da acidez. Recoñecendo (como denunciaron xa os ecologistas e os colectivos de pescadores) que o río Chamoselo inxecta augas con extrema acidez no Eume (pH=3,1), este foco vaise diluindo río abaixo até chegar o encoro (pH=5,2). Augas abaixo da central e coincidindo coa saída das augas turbinadas, hai outro importante foco de acidez que hay que ter en conta. Este foco, a tan só 10 km río arriba do lugar do desastre, podería relacionarse con operacións de valeirado de lamas e sedimentos do fondo do vaso, para aumentar a capacidade do encoro. Pódese observar que na mesma saída do encoro, as paredes do azude aparecen cheas de limos e os fondos do río están moi colmatados de sedimentos case até a desembocadura.

Cuidar el planeta nos permitirá ahorrar hasta 125.000 euros por persona

Una investigación destaca la importancia económica de los compromisos personales con el medio ambiente

Nelly Pérez Giráldez-Presidenta de GECMA

Cuidar el medio ambiente no es sólo una responsabilidad de las empresas, causantes de la emisión de los dos tercios de los gases que generan el efecto invernadero, porque los ciudadanos pueden contribuir significativamente a frenar el cambio climático. Una investigación de la Universidad de Edimburgo demuestra que una persona que lleve una vida responsable con el medioambiente puede evitar a lo largo de su vida la generación de mil toneladas de gases contaminantes y ahorrar para su economía hasta 125.000 euros.

Dado que una tercera parte de las emisiones de gases que generan el efecto invernadero proceden de los automóviles, las viviendas y las actividades de ocio, un científico británico, David Reay, del Instituto de la Administración de la Ecología y Recursos de la Universidad de Edimburgo, ha calculado el impacto medioambiental positivo que tendrían los compromisos ciudadanos con el clima de la Tierra.

Utilizando sofisticados modelos matemáticos, ha podido determinar que una forma de vida más ecológica asumida por la sociedad podría ahorrar al planeta, en el curso de una vida humana, mil toneladas de gases contaminantes y la nada despreciable cantidad de 125.000 euros por persona.

Este cálculo desvela la importancia de una simple toma de conciencia por parte de los ciudadanos de la capacidad individual y colectiva que poseemos para asestar duros golpes a la producción de gases contaminantes, sin necesidad de esperar a que los gobiernos multen a las empresas (responsables de otros dos tercios de las emisiones de gases) y consigan una contribución industrial a la reducción del efecto invernadero.

Reay se ha basado en dos modelos teóricos de ciudadanos, uno de ellos conocedor del daño causado por los gases de efecto invernadero, y el otro ajeno por completo a estos conocimientos. Ha construido dos modelos de vida respecto a las modalidades de transporte de ambos, si realizan o no el reciclado de envases, si utilizan electrodomésticos eficientes desde el punto de vista energético y sus hábitos alimenticios.

Un millón de ciudadanos

El modelo ha permitido determinar las enormes ventajas que representa el estilo de vida y consumo de la persona consciente de los daños causados por los gases de efecto invernadero, ya que si un millón de personas llevara ese estilo de vida podría ahorrar hasta cinco millones de toneladas de gases contaminantes y hasta un billón de libras esterlinas.

El modelo del ciudadano contaminante diseña un escenario negativo, ya que por su inconsciencia habrá producido 1.250 toneladas de gases contaminantes al cumplir sus 75 años y generado un costo innecesario de 206.000 euros. El ciudadano responsable, sin embargo, al cumplir sus 75 años habrá reducido las emisiones contaminantes en 370 toneladas y habrá ahorrado para su economía personal casi 78.000 euros.

La investigación ha determinado las posibles estrategias económicas para disminuir la emisión de gases contaminantes. Las energías renovables, los tratamientos de residuos sólidos, la gestión forestal adecuada, concluye la investigación, pueden contribuir a conseguir reducciones significativas de los gases que aumentan el efecto invernadero.

Reay añade que la ecuación resultante de su estudio es categórica: los daños que causará el cambio climático a la salud humana, los recursos naturales y el medioambiente, serán mucho más importantes que el costo que representa la reducción de emisiones de efecto invernadero, lo que significa que respetar el medio ambiente no sólo es garantía de bienestar social, sino que incluso ahorra dinero a los ciudadanos.

De todas formas, como destaca al respecto la revista Nature, la adopción de compromisos como los que propone Reay supone grandes cambios de la mentalidad social que no son fáciles de conseguir.