domingo, 13 de abril de 2008

Contaminación industrial

Contaminación industrial

Desde que comenzó el desarrollo de la industria química, se calcula que se han producido y diseminado en el medio ambiente aproximadamente 100.000 nuevas sustancias químicas. Además, cada año esta cifra se va incrementando en 1.000 nuevas sustancias. El conocimiento del impacto de estas sustancias sobre el medio ambiente y la salud humana es escaso y, en la mayoría de los casos, no existe.

Desde que estas sustancias se liberan al medio, se van acumulando en el agua, en el aire, en el suelo, en los alimentos e incluso en nuestros tejidos. Con el tiempo, actúan sobre ellos amenazando nuestra salud. Muchas de estas sustancias podrían ser extremadamente tóxicas para los seres vivos, pero la realidad es que no se conocen todavía sus efectos, ya que la gran mayoría todavía no se han estudiado.

Hemos creado un desarrollo industrial sobre el planteamiento erróneo de que el planeta puede asumir los altos niveles de contaminación a los que lo sometemos y a estas alturas estamos alcanzando un deterioro medioambiental sin precedentes. Las organizaciones ecologistas han advertido durante decenas de años de que es necesario un cambio en el concepto de desarrollo que definitivamente lo desvincule del deterioro medioambiental. Es urgente adoptar el principio de precaución y abandonar el modelo actual centrado en lo que llamamos soluciones de “final de tubería”.

Estas soluciones buscan reparar o “controlar” el daño en lugar de eliminarlo. Pero muchas sustancias químicas peligrosas no son controlables y terminan en los ríos, en los seres vivos acuáticos y así entran en la cadena alimentaria. Por eso, nos encontramos ahora con unos altos niveles de contaminación química en el agua y con cientos de sustancias sintéticas en los tejidos de los seres humanos. La depuración no es “la solución”, sino sólo una parte de ella. Carece de relevancia si no está acompañada de medidas desde el origen. Sólo no vertiendo sustancias contaminantes evitaremos que se acumulen en el agua.

La única vía de asegurar la vida de nuestros ríos y mares como recurso pasa por la producción limpia. Esto implica que no se utilicen sustancias peligrosas en los procesos de fabricación y que no se liberen sustancias peligrosas durante el uso de los productos ni cuando se convierten en residuo.

La degradación ambiental no se detiene sola y el desarrollo económico no tiene por qué potenciarla. El modelo de desarrollo actual tiene que dar un giro si no queremos contaminar un recurso cada vez más escaso como el agua y seguir propiciando la emisión de gases de efecto invernadero.

¿Qué tipo de industrias son las más contaminantes?

Conocemos como industria pesada la que utiliza como materia prima grandes cantidades de productos brutos (pesados) para ser transformados y poder ser utilizados como materia prima por otros sectores industriales. La industria pesada necesita grandes instalaciones y es muy contaminante. Normalmente se encuentran cerca de los recursos o cerca de un puerto mercante al que pueden llegar grandes cantidades de materia prima. Los principales sectores de la industria pesada son la metalurgia y la química.

La industria metalúrgica tiende a ubicarse siempre cerca de los recursos. Necesita grandes espacios para instalar sus sistemas productivos: altos hornos, trenes de laminación, lugares de almacenamiento, transporte interno, etc. Son plantas que exigen grandes inversiones. Proporciona lingotes, forjados, tubos, planchas de acero, hierro, aluminio u otros metales, etc. Esta industria permite tener asociadas otras formas de rendimiento como la producción de energía eléctrica en los altos hornos o la obtención de cemento. Son las llamadas plantas de cogeneración.

La industria química es más variada. Utiliza una amplia gama de recursos: combustibles sólidos, líquidos y gaseosos, pirita, cal, sales, productos vegetales y animales, etc. Su proceso de producción puede llegar a ser muy complejo, por lo que el valor añadido es mayor y no dependen tanto de una localización cercana a los recursos. Además, los productos químicos necesitan de unas condiciones de transporte y almacenamiento muy especializadas. Sus trabajadores deben de estar altamente cualificados. Los productos más comunes que proporciona son fertilizantes, colorantes, explosivos, plásticos, gomas, caucho, detergentes, aislantes, fibras artificiales, productos farmacéuticos, etc. El refinado de petróleo es un tipo de industria química especial que proporciona muchos productos. Todas ellas son potencialmente muy peligrosas, por lo que suelen ubicarse lejos de las poblaciones.

Vertidos industriales

Dada la variedad en la producción del sector industrial y de sus residuos, los vertidos son igualmente amplios tanto en lo referente a su composición como al medio donde se emiten. Los procesos industriales casi siempre emplean agua (fabricación, refrigeración, limpieza...) por lo que es el medio hídrico quien habitualmente sufre en mayor medida los efectos de esta actividad. Los vertidos se producen directamente a cauces o tras el paso por Estaciones de Depuración de Aguas Residuales Industriales (EDARI) especialmente diseñadas para tratar aguas industriales. Aunque legalmente todos los vertidos industriales deberían hacerse a través de una EDARI, muchas empresas e industrias vierten a través del alcantarillado municipal, que sólo dispone de EDAR urbanas, no diseñadas para eliminar los compuestos tóxicos y peligrosos.

En otros casos, como los polos químicos, situados en la franja costera o próximos a ella, los vertidos se hacen a través de tuberías submarinas o “emisarios”. Estos tienen la particularidad de ser más difícilmente controlables por las autoridades responsables del control de los vertidos, por lo que se emplean para arrojar de forma descontrolada cualquier tipo de contaminante.

Las emisiones a la atmósfera mediante chimeneas o escapes accidentales o los vertidos directos al suelo, como consecuencia del almacenamiento de residuos o derrames y fugas accidentales (o no) son también otros de los principales focos contaminantes del sector industrial. Los vertidos al suelos generalmente terminan por afectar tanto a las aguas superficiales como a las subterráneas.

En España existen múltiples ejemplos de contaminación industrial que han generado graves efectos sobre la salud de las personas y el medio ambiente. Caben destacar los vertidos al río Ebro procedentes de Ercros en Flix (Tarragona) y los producidos por Fertiberia y FMC-Foret en el Polo Químico de Huelva. En ambos casos, sustancias extremadamente tóxicas y peligrosas han sido arrojadas al medio ambiente sin ningún control.

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