miércoles, 24 de septiembre de 2008

El cambio climático: las ciencias sociales cobran protagonismo


Zoran Stancic
Director General Adjunto de Avances Científicos de la Comisión Europea


A estas alturas casi todo el mundo conoce el sistema por el que se clasifica la eficiencia energética de todo aparato eléctrico, con las letras A, B, C y D. Este ingenioso sistema puede llegar incluso a influir en la compra de un aparato u otro, puesto que indica qué aparatos ahorrarán probablemente dinero al consumidor y, además, son menos dañinos para el medio ambiente. El comportamiento social, y en particular sus implicaciones para la economía y los recursos naturales, es un tema fundamental de las ciencias sociales y las humanidades.

Estas disciplinas, a veces llamadas «ciencias blandas», en oposición a las «ciencias puras», fueron las protagonistas en el inicio de un congreso de dos días organizado por la Presidencia francesa de la Unión Europea, donde el mensaje lanzado fue alto y claro: las ciencias sociales tienen un papel fundamental que cumplir de cara a prever y afrontar los cambios que se producen en el planeta.

El mencionado sistema de clasificación de los aparatos eléctricos ha tenido un impacto enorme en lo que se refiere a que la gente comprenda el auténtico valor de la energía, según explicó Domenico Rossetti, Administrador Principal de la Dirección de Ciencia, Economía y Sociedad de la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea. «Si hablas a la gente en términos de kilovatios hora por año, nadie te entiende, pero si lo expresas con las letras A, B, C o D, es fácil de comprender para todos», señaló.

El consumidor no sabe exactamente cuánta electricidad está gastando, a diferencia de cuando llena el depósito de su coche con gasolina, por ejemplo. La factura de la electricidad se envía al consumidor mensualmente en algunos países, en otros trimestralmente y en algunos una vez al año, y a veces proporciona sólo una cifra aproximada. «Si pones setenta euros de gasolina o gasoil en el coche, eres consciente de tu consumo de forma inmediata. Pero en el caso de la electricidad, que es un tema importantísimo y cuyo consumo incrementará enormemente en los próximos veinte o treinta años, la mayoría de gente no es consciente en absoluto de su gasto diario o semanal», explicó el Sr. Rossetti a CORDIS Noticias.

En cambio, si en la cocina o el baño de cada hogar hubiera un contador eléctrico que mostrase al consumidor la cantidad diaria de energía consumida y su coste correspondiente, quizás apagaría la luz con más frecuencia. Esta idea apuntada por el Sr. Rossetti puede no ser tan inalcanzable como podría pensarse. En la unidad de «Investigación en economía, ciencias sociales y humanidades - Prospectiva», el Sr. Rossetti y sus colaboradores siguen de cerca las investigaciones relacionadas con aquellos temas que repercutirán en Europa y el resto del mundo a medio y largo plazo, como por ejemplo la realización de previsiones para los años 2050 y 2100.

En esta unidad trabajan para que se cumplan los objetivos del Programa de Ciencias Socioeconómicas y Humanidades (SSH), uno de los temas clave del Séptimo Programa Marco (7PM). Aunque la UE ha financiado sistemáticamente la investigación en SSH en programas anteriores, ésta es la primera vez que se dedica un tema al completo a la investigación en estas disciplinas.

Se ha asignado el impresionante presupuesto de más de 600 millones de euros al Programa de SSH, que se desarrollará durante los siete años de duración del 7PM (2007-2013). Además, la mayoría de programas temáticos del 7PM incluyen un componente socioeconómico, y el Consejo Europeo de Investigación también dedica parte de su presupuesto a actividades relacionadas con las SSH. Este apoyo viene a reconocer la importante contribución de las ciencias sociales para tratar cuestiones como los costes y la fijación de precios, el comportamiento humano y las tendencias en relación con los retos mundiales futuros.

No obstante, el Sr. Rossetti subrayó que el cambio climático y el desarrollo sostenible son temas relativamente nuevos en las SSH. Se trata de temas esenciales en lo que se ha dado en llamar la «sociedad post-carbono», que alude a la deseada transición hacia un uso más eficiente de la energía y el desarrollo de tecnologías que generen menos emisiones de gases de efecto invernadero. «Esto está reflejado en distintos temas del Programa Marco, como energía, medio ambiente y transporte, pero en las SSH es relativamente nuevo el hecho de que haya investigación multidisciplinaria y en profundidad que trate sobre esta cuestión», puntualizó.

A diferencia de las llamadas «ciencias puras», orientadas a la tecnología, las SSH abarcan los campos de la economía, sociología, ciencias políticas, antropología, historia y filosofía y generan conocimientos que permiten concebir nuevas formas de acometer cuestiones socioeconómicas relacionadas con el agotamiento de los recursos, las emisiones de gases de efecto invernadero, los residuos nucleares y la seguridad del suministro energético.

Uno de los objetivos principales del congreso que se está celebrando en París (Francia), en la Maison de la Chimie, es el intercambio de información entre quienes trabajan por afrontar estos retos fundamentales. El Director General Adjunto de Avances Científicos de la Comisión Europea, Zoran Stancic, indicó que la mera elección del lugar donde se celebra este acontecimiento (Maison de la Chimie significa «Casa de la Química») es un símbolo muy adecuado de la necesidad de estimular el diálogo entre las ciencias sociales y las ciencias naturales. «Las cuestiones actuales relacionadas con el cambio climático y la energía revisten una gran complejidad, así que para dar con soluciones acertadas tendremos que trabajar todos juntos», declaró.

La UE ha fijado tres objetivos básicos para el año 2020: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% (con respecto a los niveles de 1990), aumentar la eficiencia energética en un 20%, y que las fuentes de energía renovables supongan un 20% del total (frente al 7% actual). Asimismo, el Consejo Europeo está resuelto a limitar el aumento de la temperatura mundial a dos grados centígrados.

«Para lograr estos ambiciosos objetivos, no nos bastan las soluciones tecnológicas por sí solas», aseguró el Sr. Stancic. «Es muy importante tener en cuenta todos los demás aspectos de la sociedad.» La tecnología puede, por ejemplo, proporcionar los medios necesarios para que los motores de los vehículos sean más eficientes, pero si, sencillamente, se convenciera a los conductores para que aminoren la velocidad en 20 km/h, el ahorro en cuanto a energía y emisiones sería formidable.

Este congreso es acogido por la Presidencia francesa de la Unión Europea, el Ministerio de Educación e Investigación de Francia, el Ministerio de Ecología y Desarrollo Sostenible de Francia, y la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea.

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