jueves, 30 de octubre de 2008

GECMA ESTA ESTUDIANDO UNA PROPUESTA SOBRE RUIDOS, SEGURIDAD Y BOTELLÓN

El Grupo de Ecología Científica de Galicia (Gecma) muestra su preocupación por las quejas de índole distinta que constantemente recibe de la ciudadanía en general, ya sean jóvenes, vecinos y empresarios, sobre el elevado ruido que se produce en las inmediaciones de los pubs, discotecas y salas de fiestas de Vigo. Por eso está estudiando formalizar una PROPUESTA con algunos de estos ingredientes:

Gecma entiende que estas molestias y disturbios de la normal convivencia, que dañan gravemente la calidad de vida de las personas, son consecuencia directa de una ordenanza regulatoria local desafortunada, que impide a los empresarios hacerse con licencias para estas actividades en locales que excedan los 250-300metros cuadrados, acarreando una concatenación de efectos negativos perfectamente evitables si se modificase dicha norma y fueran factibles la obtención de permisos para desarrollar las actividades de ocio en cuestión pero en inmuebles más generosos espacialmente. Aunque para los locales de uso exclusivo, y entre medianeras, se puede llegar has los 500 metros cuadrados, con la actual normativa, por regla general no se están concediendo esas licencias.

Entendemos que debido a la restricción de la superficie en los locales impuesta por la normativa, el espacio útil disponible para los clientes, una vez que se descuenta el destinado a lavabos, barra, almacén y otros, se reduce a la mínima expresión, de tal manera que muchos de éstos se ven en la necesidad de sacar las bebidas a pie de calle para compartir con desahogo la velada, percutiendo con su ruido el descanso nocturno y la tranquilidad que en justicia reclama la vecindad.

Ciertamente y como defienden los empresarios, estos se encuentran atados de pies y manos a la hora de evitar tal comportamiento, ya que de no consentir esa la afluencia a la calle se vería tan mermado el negocio que difícilmente podría ser rentable. A su vez, en cuanto a los problemas de seguridad, los dueños también aducen, no sin razón, que son responsables del orden en el interior, donde disponen de personal de seguridad, pero no se les puede cargar sobre sus espaldas nada de lo que ocurra fuera de sus locales.

Por lo tanto como subrayamos, Gecma apuesta por una modificación de la ordenanza que permita dar licencias a los empresarios para desarrollar su actividad en locales con mayores dimensiones, perfectamente insonorizados, y suficientemente holgados para que ningún cliente se vea en la tesitura de consumir sus bebidas en plena calle, y de este modo se evite el ruido y los episodios puntuales de desorden público.

Asimismo, entendemos que los negocios, al contar con un mayor aforo, podrían incluso contemplar una rebaja en el precio de las consumiciones, haciendo un efecto contrario a la expansión de otra de las cuestiones que amenaza la tranquilidad añorada por la ciudadanía, objeto asimismo de numerosas críticas y repulsa, como es el popular fenómeno social conocido por “el botellón”.

Como hemos podido constatar en Gecma, muchos de los “botelloneros” están ahí por los altos e inasumibles precios que alcanzan las copas en el interior de los pubs y discotecas. Debilitar el botellón por este flanco creemos que quizás sea posible, y al mismo tiempo aminorar la inseguridad y las molestias que generan en el ciudadano esta situación.

Gecma defiende y apoya la creación del mapa de ruidos, que creemos fundamental para ordenar la movida nocturna, pero insistimos en lo beneficioso que resultaría también la concesión de licencias a los empresarios para poder abrir en esas zonas previstas amplios locales insonorizados rigurosamente, como estilete para ir reduciendo la contaminación acústica, aumentar la seguridad y permitir la conciliación del descanso a la población que permanece en sus casas con el divertimento de aquellos que eligen estar fuera de sus domicilios.

Además, Gecma aboga por la apertura de salones amplios de baile destinados a nuestros mayores, habituales y característicos en Vigo desde siempre, pero que últimamente han ido desapareciendo, como fue el caso de la Sala Nova Olimpia en el centro, o la sala La Palmera en la zona de Cabral, que llevaba funcionando desde mediados de siglo pasado. Esta actividad de ocio, muy demanda por gran parte de la ciudadanía de la tercera edad y otros colectivos, entre ellos discapacitados, creemos que es necesario que se retome, siendo a día de hoy imposible por la persistencia de esta normativa restrictiva del espacio cuya modificación solicitamos desde el Grupo de Ecología.

POR CONSIGUIENTE, GECMA PROPONE:

Primero: la modificación de la ordenanza municipal en lo referente a la desaparición del límite máximo permitido de superficie en los pubs y salas de baile, que está establecido en 250-300 metros cuadrados por local; para que la misma no contemple ninguna cortapisa a este respecto, con el fin de evitar que los clientes de los pubs, salones de baile y salas de fiesta se vean en la obligación de salir con las consumiciones a pie de calle al no contar con espacio suficiente en el interior. De esta manera se evitarán también los ruidos, la inseguridad, se podrían bajar los precios de las bebidas al contar con más espacio para acoger a más clientes y se lucharía en cierta medida contra “el botellón”.

Segundo: que una vez modificada ese aspecto de la ordenanza, desde el Concello de Vigo se promueva y den todas las facilidades para que se habiliten de nuevo salones amplios dedicados al baile en nuestra ciudad como espacios para la relación social y el divertimento de importantes sectores de la ciudadanía como nuestros mayores y otros colectivos, entre los que se encuentran las personas discapacitadas, que necesitan espacio y comodidad; haciéndonos ecos de las numerosas peticiones que en este sentido estamos recibiendo. Máxime cuando dichos salones de baile son una parte pintoresca y fundamental desde principios del pasado siglo en Vigo, que creemos merece la pena recuperar ya que en esos lugares jamás se produjeron altercados del orden ni molestias a la ciudadanía, que los acogió siempre con cariño y respeto.

Y tercero: En caso de tener que poner límites tendríamos que hablar de mínimos de 200 metros, para este tipo de establecimientos, y de máximos de 1000 metros cuadrados. Esto vale, sin mínimos, para lo “supermercados” de pequeños empresarios que ahora mismo se ven y desean para mantenerse con la proliferación de grandes área comerciales. ¿Cómo van a subsistir si no se les permite crecer en espacio ?.

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